jueves, 10 de diciembre de 2009

Y nosotros qué en Copenhague

Por: Beatriz Boza
Las inusitadas recientes lloviznas en Lima, así como los días de frío de esta última semana, coinciden con la discusión mundial que se ha iniciado este lunes en Copenhague sobre medidas para reducir los efectos del cambio climático en nuestro planeta. Si bien los principales agentes contaminadores están en China, India, EE.UU. y Europa, y por ende la discusión girará en torno al compromiso de esos países, si no se toman medidas eficaces, seremos uno de los principales afectados dada nuestra megabiodiversidad y ubicación geográfica. ¿Qué podemos hacer ante este problema mundial? Mucho. Cuidar el medio ambiente supone evitar desperdicios y mitigar daños en nuestro quehacer diario, evitando, por ejemplo, desperdicios de agua, electricidad, papel, tinta o gasolina. Y cuidar cómo desechamos la basura que producimos, especialmente la más tóxica, incluyendo plásticos, botellas, latas, etc. Algo que todos usamos casi sin darnos cuenta y que son altamente contaminantes son las pilas y baterías. Nunca deben arrojarse al tacho de basura, sino desecharlas en un envase de plástico y luego depositarlas en un lugar acondicionado para ello.
Destacan, en ese sentido, los esfuerzos liderados por William Prado en Trujillo con el apoyo del sector privado y las autoridades, al lograr que 40 colegios recolectaran, solo en tres meses, más de 650 kilos de pilas acumuladas en botellas de plástico. Como no basta recolectar si es que no hay dónde desechar, en Cusco, Doris Corrales logró que la municipalidad provincial elaborase cinco contenedores para recolectar las pilas usadas. En Amazonas, Dany Gallardo ha comprometido en este esfuerzo a ocho entidades estatales. El Instituto de Investigación de la Amazonía Peruana, por ejemplo, ha recolectado más de cinco toneladas de pilas usadas gracias a su política de entregar un alevino (cría de pez) a cambio de una pila usada.
Más allá de los consumidores, los productores también tienen responsabilidad. Los vendedores de baterías, teléfonos y electrodomésticos deberían ser los principales agentes recolectores de pilas y baterías usadas.
¿Y las autoridades? Sorprende un reciente decreto supremo que reduce los requisitos de envoltorio de las pilas y permite la comercialización de baterías solo recubiertas de cartón o plástico, lo cual no solo aumenta el daño al ambiente sino a la salud, especialmente de los niños que tomen contacto con ellas a través de juguetes electrónicos.

El agua y el cambio climático

Autor: Iván Lanegra.
¿Por qué el agua es probablemente el tema más importante de la agenda del cambio climático para el Perú?
Alrededor del 55% de la población peruana, unos 16 millones de personas, se ha asentado en la costa, la que depende a su vez de los ríos de la vertiente del Pacífico, en cuyo ciclo hídrico son muy importantes los glaciares tropicales andinos, los cuales se están perdiendo.
La escasez del recurso podría agravar la falta de agua para consumo humano de ciudades que hoy ya tienen problemas al respecto, en particular nuestra capital, Lima.
La actividad agrícola es la principal usuaria de los recursos hídricos en la costa, consume cerca del 84% del agua disponible. Menos agua podría implicar un gran impacto para una actividad que brinda trabajo a muchas personas. No obstante, no es la única actividad económica afectada.
La energía hidroeléctrica contribuye con cerca del 60% del total de la electricidad que consumimos los peruanos. Sin embargo, apenas se ha aprovechado algo más del 5% del potencial hidroeléctrico del país.
De otro lado, el 93% del agua que utiliza toda la industria del país proviene de la vertiente del Pacífico, y la minería toma cerca del 73% del agua que usa de la misma vertiente.
No solo es la escasez lo que debe preocuparnos. También pueden producirse períodos de lluvias más intensas, en algunos casos relacionados con el Fenómeno El Niño, o los deslizamientos (huaycos) e inundaciones que impiden a los pobladores movilizarse o transportar sus productos debido a los daños que se originan en las carreteras y puentes. En general, esta situación afecta a los más pobres.
Sin embargo, se sigue tratando inadecuadamente a muchos ríos de la costa. Un claro ejemplo es el río Rímac, que cada día recibe las aguas residuales de múltiples actividades desarrolladas a lo largo de su trayecto.
¿Qué debemos hacer?
Adaptarnos. Esto implica articular políticas nacionales para poder atender de manera integral los distintos desafíos que enfrentamos. Implica, además, generar capacidades en la propia ciudadanía para encarar estos retos. Es convertir los derechos en herramientas de acción. Es enfocar las políticas públicas de adaptación teniendo en mente a los más vulnerables.
La creación de la Autoridad Nacional del Agua y la recientemente publicada Ley General de Recursos Hídricos son herramientas importantes. Para lograr resultados, ellas deberán articularse con todas las entidades de gobierno, en sus tres niveles, así como con el propio sector privado y la sociedad civil. Es una enorme tarea. Por eso, no puedes estar al margen de las consecuencias del cambio climático. ¿Qué opinas de este desafío?
¿Dónde encontrar más información?
Autoridad Nacional del Agua – ANA
Dirección General de Salud Ambiental del Ministerio de Salud: Vigilancia y Monitoreo de las Cuencas Hídricas del país – Calidad Ambiental
Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú – SENAMHI: Monitoreo Hidrológico
Una mirada global sobre el cambio climático en la página web del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (en inglés)
5to. Foro Mundial del Agua (Inglés)